Consejos para prevenir un golpe de calor

Los ancianos, los pacientes pluripatológicos y los niños son los grupos poblacionales más sensibles y vulnerables a las olas de calor

Ola de calor

De acuerdo con la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), esta semana España vivirá un incremento de las temperaturas derivada de la entrada de aire muy cálido procedente del continente africano. Será la primera ola de calor de este verano y la agencia prevé que los termómetros puedan superar los 35 grados en muchas zonas del interior del país y que en distintas áreas del centro, interior y mitad sur y cuadrante nordeste las temperaturas superen los 40 grados. En agosto de 2018 un incremento de las temperaturas supuso la muerte de hasta 18 personas.

“Un golpe de calor provoca el fallo de la función de varios órganos internos debido al aumento excesivo de la temperatura dentro del cuerpo. Se caracteriza por provocar fiebre alta, disminución de la conciencia y la piel seca y caliente”, ha señalado César Morcillo, jefe de Medicina Interna del Hospital Sanitas CIMA, que ha desarrollado sus efectos: “La temperatura ideal en nuestro organismo no debe superar los 37 grados. Si se diera la situación de que nuestro cuerpo superase los 40 grados y el organismo fuera incapaz de eliminar este exceso de calor, nuestro sistema nervioso comenzaría a alterarse. Y si nos deshidratamos no podríamos sudar lo suficiente como para enfriar el cuerpo. Esto podría llevarnos a un golpe de calor”.

Tipos de golpe de calor

“El golpe de calor pasivo o clásico se debe a un aumento de la temperatura exterior y afecta a las personas que se exponen a una temperatura alta y un ambiente húmedo, sobre todo, personas mayores con una patología previa, que pierden la sensación de sed y no beben suficiente agua como para rehidratarse. Este aumento progresivo de la temperatura de su organismo agrava los síntomas de su enfermedad y produce una merma en su condición de salud general”, ha explicado David Curto, responsable de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.

El golpe de calor activo, o por ejercicio, afecta sobre todo a las personas que practican deporte o actividad física durante una ola de calor. “Se debe a la producción interna de calor que el cuerpo no está acostumbrado a regular que, junto al aumento de la temperatura ambiental, podría conducirles a la hipertermia”, ha matizado Morcillo.

Por último, los niños son especialmente vulnerables a un golpe de calor. “Efectivamente, su sistema respiratorio no se ha desarrollado aún por completo, y favorece la pérdida de líquidos. Al no poder sudar lo suficiente como para enfriar su cuerpo, la temperatura corporal se eleva y puede provocar un golpe de calor. En un bebé esto puede traducirse en síntomas de letargia y pérdida de conciencia. Es decir, el niño puede dar la impresión de estar dormido cuando en realidad está muy grave”, ha afirmado el jefe de Medicina Interna del Hospital Sanitas CIMA.

Consejos de prevención

Morcillo y Curto han elaborado una lista de consejos para hacer frente a una ola de calor:

  • Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas) y, en general, evitar exposiciones prolongadas o dormir al sol.
  • En caso de cansancio o mareo, es mejor retirarse a un lugar fresco o ventilado y aflojar la ropa.
  • Refrescarse con baño o ducha de agua fresca.
  • Pasar tiempo en locales con aire acondicionado. Si se dispone de él en casa, es importante bajar la temperatura por la noche, porque el cuerpo se enfría durante el sueño.
  • Cubrirse adecuadamente la piel, la cabeza y los ojos con ropa, sombreros o gorros y gafas de sol. Esto ayuda a prevenir tanto los golpes de calor como las quemaduras.
  • Consumir abundante agua, líquidos y bebidas isotónicas. Evitar las comidas pesadas de difícil digestión que hacen aumentar la temperatura interna.
  • Llevar ropa ligera que permita la transpiración, el principal mecanismo de refrigeración de nuestro cuerpo.
  • Prestar especial atención a los ancianos y niños. En concreto, los niños menores de tres años no deben exponerse al sol.
  • En caso de golpe de calor, trasladar a la persona afectada a un lugar a la sombra. Es importante colocarla en posición tumbada con la espalda recta y las piernas levantadas, para favorecer la circulación de la sangre.
  • Humedecer el rostro de la persona que haya sufrido el golpe de calor con una esponja o paño húmedo, pero no darle de beber si se encuentra inconsciente porque podría sufrir un ahogamiento. Si su temperatura no desciende, presenta pulso débil y palidez o sabes que sufre de enfermedades cardíacas, acudir inmediatamente al médico.