Cómo prevenir las alergias en verano

Algunas de las enfermedades alérgicas que pueden aparecer o empeorar son las alergias a picaduras de insectos, las alergias alimentarias, la alergia solar o la alergia respiratoria
Alergias verano

Durante las vacaciones de verano se modifica con frecuencia la forma de vida habitual: viajes, se practica más deporte, comidas fuera de casa y se toma más el sol. Estos cambios tan necesarios para recuperarnos del trabajo o estudio pueden favorecer la aparición o empeoramiento de determinadas enfermedades alérgicas.

Tomás Chivato, decano de la Facultad de Medicina y profesor en Alergología de la Universidad CEU San Pablo, explica las diferentes alergias que pueden aparecer en verano y cómo prevenirlas. Algunas de ellas son las alergias a picaduras de insectos, las alergias alimentarias, la alergia solar o la alergia respiratoria.

En esta época del año estamos más expuestos a las picaduras de insectos: abejas, avispas o mosquitos. Es importante conocer que las abejas y avispas son atraídas por las fragancias, los colores brillantes y los alimentos ricos en azúcar. Algunas recomendaciones útiles serían:

- No acercarse ni golpear panales de abejas o nidos de avispas.

- Si se posase algún insecto es mejor permanecer quieto o realizar movimientos lentos hasta que se aleje.

- Si bebe líquidos azucarados al aire libre compruebe que no haya insectos en los bordes.

- Evitar pasear por praderas en floración o campos de trébol. No caminar descalzo, sobre todo en piscinas con césped.

- No utilizar ropa de colores llamativos ni estampados. Es mejor utilizar verde suave o marrón claro.

- Evitar utilizar colonias o perfumes en salidas al campo.

- Protegerse convenientemente en trabajos de jardinería.

- Las ventanillas de los coches han de ir cerradas.

- Las redes o insecticidas son herramientas útiles en lugares cerrados.

Por su parte, los pacientes con alergia respiratoria, rinitis y asma, por sensibilización a pólenes, ácaros u hongos, han de conocer el hábitat donde disfrutarán de sus vacaciones. Por citar algunos ejemplos los pacientes alérgicos a pólenes de gramíneas que presentan sintomatología habitualmente en los meses de mayo y junio en el centro de la península ibérica pueden presentar sintomatología si viajan a zonas de alta montaña como los Pirineos en España o si viajan a Reino Unido, Irlanda o el Norte de Europa durante los meses de julio y agosto, meses de polinización de estas plantas.

Otro ejemplo son los pacientes alérgicos a los ácaros del polvo doméstico que en verano están prácticamente asintomáticos en el centro de la península, pero, si viajan a zonas costeras en verano donde la humedad relativa es mayor, pueden presentar reagudización de su sintomatología respiratoria de vías altas (rinitis alérgica) o de vías bajas (asma alérgica).

Los pacientes alérgicos a alimentos, sobre todo los niños y adolescentes, deben tener especial cuidado durante el verano. Campamentos, viajes, excursiones, estancias en el extranjero hacen que comer fuera de casa sea la norma. Los pacientes con alergia alimentaria deben conocer los alimentos a los que se tiene alergia y disponer de un plan personalizado de tratamiento ante la ingesta involuntaria o inadvertida de alérgenos responsables de su sintomatología. Por ejemplo, las ensaladas o las salsas de carnes y pescados pueden contener frutos secos que pueden producir reacciones graves como la anafilaxia. Todos los pacientes diagnosticados de anafilaxia previamente han de llevar su correspondiente autoinyectable de adrenalina.

Por otro lado, cabe destacar al Anisakis simplex. Se trata de un parásito del aparato digestivo de los mamíferos marinos, pero que durante el ciclo vital en su fase larvaria puede encontrarse en el aparato digestivo de numerosas especies (bacaladilla, merluza, sardina, etc.). Si se ingiere pescado crudo o insuficientemente cocinado (mal frito, cocido o asado) puede ingerirse alguna larva viva de este parásito y dar lugar a manifestaciones digestivas (pseudoobstrucción) o alérgicas (urticaria, angioedema o anafilaxia). Las medidas preventivas son relativamente sencillas de llevar a cabo: evitar la ingesta de pescado crudo o insuficientemente cocinado salvo que esté congelado previamente.

Finalmente, en los meses de verano aumentan los casos de alergia solar. El sol produce diferentes efectos adversos en la piel: enrojecimiento, quemaduras, fotoenvejecimiento o, incluso, fotocarcinogénesis. Por tanto, es necesaria una adecuada protección, evitar la sobreexposición y utilizar fotoprotectores adecuados para cada tipo de piel.

La denominada alergia solar se debe a un mecanismo de hipersensibilidad que da lugar a dermatitis fotoalérgicas y la urticaria solar. Las causas más frecuentes de reacciones fotoalérgicas son las cremas de protección solar y algunos medicamentos antiinflamatorios aplicados en forma de gel o crema sobre la piel. También determinados fármacos antiinflamatorios pueden producir fotosensibilidad por mecanismo fototóxico.