Septiembre, el mes negro de los divorcios

De todas las demandas de separación que se presentan en España, una de cada tres se hace en septiembre

Las vacaciones de verano son un auténtico catalizador para las crisis de pareja: se rompe la rutina y el conflicto se dispara. Y es que, pasar del alejamiento laboral a convivir durante 24 horas al día y disponer de más tiempo libre para pensar en el futuro son las dos causas principales que explicarían que septiembre fuese el mes negro por excelencia para las parejas españolas. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un tercio de las demandas de separación, que se presentan durante todo el año, se produce este mes.

Si esta pensando en separarse, tome nota de estos consejos que le ayudaran a salvaguardar el bienestar suyo y de su ex pareja y, sobre todo, a evitar traumas a los hijos, si los tienen.

Decálogo para una separación no destructiva

  • Hablar y comunicar nuestro dolor. Es importante canalizar nuestras emociones para que no queden enquistadas.
  • Pensar que aunque ahora no estemos en situación de reconocerlo, en el pasado pensamos que esa persona merecía ser amada.
  • Manejarnos en términos medios, no absolutos. Puede ser que ahora solo veamos las cualidades que no nos gustan de nuestra ex pareja, pero eso no significa que esa persona sea mala en toda su esencia.
  • Asumir el error como algo humano, entendible con el tiempo y siempre perdonable.
  • Ser consecuente con la decisión tomada. Si es una decisión madurada, aunque haya tentaciones de volver atrás, no hay que hacerlo; es mejor no provocar situaciones confusas que luego nos traerán más problemas.
  • Dejarse aconsejar por profesionales, pero siempre manteniendo nuestras reglas éticas intactas (si quedan manchadas por el rencor o el dolor resultará más difícil recuperarnos). Un profesional de la salud mental nos puede ayudar mucho en situaciones en la que parece que no podemos atender a tanta demanda, ya que los conflictos postdivorcio o postseparación son muy demandantes emocionalmente y se consideran estresores de primer orden.
  • Dar un tiempo de duelo, no empezar a rehacer la vida sentimental nada más terminar con la relación; podemos herir a otras personas y nuestra herida no sanará más rápido, sino que sumará emociones que canalizar.
  • Es mejor centrarse en los buenos momentos y en lo que se ha aprendido con la ex pareja que estar dándole vueltas a la decepción sufrida o a lo mal que lo ha hecho nuestra ex pareja. Encontrarle el sentido a lo sucedido es una experiencia de vida en la que la figura del psicólogo puede ayudar bastante.
  • Si existen hijos, recordar que la pareja se ha roto, pero que se sigue siendo padres, aunque no se sea pareja. Los padres deben seguir relacionándose tras la ruptura conyugal.
  • No tener miedo a que cuando aparezca un "padrastro" o "madrastra" éstos van a reemplazar a su auténtico padre o madre. Estadísticamente está demostrado que el nuevo matrimonio mejora la vida de los niños, en particular si son pequeños. Orientativamente, se debe dejar al menos un año para incorporar a nuevas parejas en el ámbito de la relación parental.

Fuente: Psicología Amaya Terrón y Quieretebien.com