No dejes que la "ola de calor" estropee tu salud

El astro rey tiene una doble cara y una exposición prolongada y sin la debida protección puede generarnos más problemas de salud que beneficios.

En verano el sol brilla con más fuerza, nos acompaña durante más horas y nos anima a realizar actividades al aire libre. Sus efectos positivos se reflejan en nuestra piel, en nuestro estado de ánimo e incluso en nuestros huesos. Pero debemos ser cautos.

El sol actúa siempre y en todos los sitios, no sólo cuando nos ponemos el bañador. Los paseos en bicicleta, los aperitivos en las terrazas o caminar por la playa durante el verano también pueden convertirse en actividades de riesgo para nuestro cuerpo si no lo protegemos adecuadamente de la radiación solar. Por lo que no lo dude y ante la ola de calor que está azotando nuestro país, cuide su piel con un factor de protección elevado, gafas de sol, sombreros, gorras y ropa ligera y de color claro. Y no olvide evitar la exposición solar en las horas centrales del día y, muy importante, extremar los cuidados durante las primeras exposiciones al aire libre.

Hidratación

Estar bien hidratado es fundamental durante todo el año y, más aún, en momentos en que se incrementa el riesgo de deshidratación, como con la llegada del buen tiempo. Con el aumento de las horas de sol y el calor es frecuente aprovechar para practicar deporte, salir a la calle, ir a la playa o montaña, viajar y pasar largas horas al volante. Estas situaciones, junto con el progresivo aumento de las temperaturas, hacen que se pierdan líquidos corporales que, si no se reponen, pueden provocar una deshidratación, con los problemas para la salud que esto conlleva. Por lo que no lo dude y siga las recomendaciones nutricionales que le ofrece Hospitales Nisa para combatir y tratar la deshidratación:

1.- Beber de siete a ocho vasos diarios de agua, aproximadamente unos dos litros.

2.- Incrementar la ingesta de alimentos líquidos como sopas, gazpachos, zumos, leche, infusiones y helados de hielo. Vigilar que  los niños y los ancianos tomen estos líquidos sobre todo si están solos o enfermos.

3.- Para reponer sales minerales es conveniente beber bebidas isotónicas.

4.- Tomar los líquidos a temperatura adecuada, sin que estén excesivamente fríos, y a lo largo del día.

5.- Realizar un reparto correcto de nutrientes.

6.- La distribución adecuada es: el 50-55% del volumen energético total de hidratos de carbono, el 30-35% de lípidos y el 12-15% de proteínas.

7.- Aumentar el consumo de frutas, especialmente las más acuosas, como sandía, melón, piña y peras de agua.

8.- Incrementar el consumo de verduras en general, priorizando las crudas en forma de ensalada, sopas frías, gazpacho, zumos de tomate o zanahoria, entre otras.

9.- Evitar las comidas copiosas. Es preferible aumentar el número de tomas a unas 5 ó 6 diarias disminuyendo su volumen.

10.- Evitar o en todo caso reducir el consumo de alimentos muy condimentados y elaborados como salsas, fritos o rebozados. Es preferible usar técnicas culinarias sencillas como hervidos, asados, plancha o vapor.

11.- Las personas con diarrea, fiebre o en tratamiento con diuréticos se pueden deshidratar más fácilmente por lo que en estos casos hay que ser especialmente cautelosos.

12.- Ante cualquier duda, pregunte a su médico y en caso de urgencia, acuda al centro de salud u hospital más cercano.

 

Fuentes: EL PERIÓDICO DE LA FARMACIA y Hospitales Nisa.