Lavarse las manos con agua y jabón, un hábito de higiene que vela por la salud

Desde el año 2008 y ba­jo los auspicios de Na­ciones Unidas, el 15 de oc­tubre se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Lavado de Manos, un día dedicado a ensalzar la im­portancia del lavado de ma­nos con agua y jabón como un medio barato y eficaz de prevenir enfermedades y un hábito de higiene básico.

Conscientes de la im­portancia del lavado de ma­nos, un grupo de entidades vienen colaborando desde 2013 para difundir el Día en España de acuerdo a nues­tro entorno y en línea con The Global Public-Private Partnership for Handwashing with Soap Day (PPPHW), en­tidad que lo promueve a nivel mundial y donde cola­boran organizaciones no lu­crativas, empresas y sector público.

La iniciativa en España, en la que participan la com­pañía biofarmacéutica Abb­Vie, Agbar, ahora Suez Wa­ter Spain, Alianza Aire, DKV, Fundación LovexAir, Funda­ción Roger Torné y Rentokil Initial, que se ha sumado este año, cuenta con la web www.lavadodemanos.es y una constante presencia en redes sociales.

Como novedades esta edición se suma el juego "HandWashUp", en el que se trata de eliminar el ma­yor número de microbios a través de las combinaciones de agua y jabón; el vídeo "El viaje del germen", que muestra cómo nuestras ma­nos transportan patógenos y por qué es importante lavárselas; y más de 200 ilustraciones que difunden situaciones en las que hay que lavarse las manos.

El lavado de manos en el mundo

Cada año 1,7 millones de niños mueren antes de cumplir los cinco años debi­do a enfermedades diarréi­cas o neumonías. Las po­bres condiciones de acceso a agua y a jabón y la falta de infraestructuras com­plican el lavado de manos en determinados países. En este contexto, y según los datos proporcionados por el PPPHW, realizar un co­rrecto lavado de manos con agua y jabón evitaría cer­ca del 44% de las muertes causadas por enfermeda­des diarreicas y el 25% de las infecciones respiratorias agudas que suponen la ma­yor causa de muerte de los menores de cinco años a nivel mundial.

La difusión de esta prác­tica es además un paso fun­damental para cumplir con los objetivos de Desarrollo del Milenio, reduciendo en 2/3 la mortalidad de los ni­ños menores de cinco años en todo el mundo.

Un correcto lavado de manos, básico también en España

En España, donde gozamos de acceso a agua y jabón sin dificultades, el lavado de manos sigue siendo un hábito de higiene básico, además de fácil y barato, que puede ayudar a pre­venir el contagio de infec­ciones respiratorias, como gripe, bronquiolitis y neu­monías, y otras enferme­dades.

Sin embargo, a menu­do este hábito se obvia o minimiza, pese al peso que tiene como herramienta básica de promoción de la salud al alcance de todos.

Y es que, muchas veces olvidamos que las manos humanas sirven de trans­porte a organismos pató­genos que pueden pasar de persona a persona a través del contacto directo o de superficies.

Veinte segundos que suponen un gran cambio

El lavado de manos correc­to puede hacerse con agua fría, caliente o templada, pero debe incluir siempre jabón o solución jabonosa (gel) y durar al menos 20 segundos. Un tiempo en el que hay que frotar ambos lados de las manos (exterior y palmas), dedos, muñecas y debajo de las uñas.

El aclarado es básico pa­ra "no llevarse" en las ma­nos los gérmenes con el ja­bón pegado, por lo que tras el lavado hay que realizar un aclarado completo que arrastre toda la suciedad.

El secado de manos en casa puede realizarse con toalla de tela siempre que se cambien con suficiente frecuencia en función del uso y de las personas que las utilicen. Cuando hay enfermos, menores de dos años o ancianos es reco­mendable que las toallas de manos sean individuales. En sitios públicos, hay que recurrir a papel desechable o a sistema de secado por aire.

Una aclaración: el gel hidroalcóholico u otros sis­temas, como las toallitas con solución jabonosa, son una alternativa cuando no hay acceso a jabón, agua o lavabos.

Si es padre o madre re­cuerde que hacer del lavado de manos con agua y jabón un hábito frecuente tam­bién es divertido. Para que los pequeños de la casa lo hagan es muy importante el ejemplo que sus padres les den, es decir, que ustedes se las laven con frecuencia, así como enseñarles a ha­cerlo correctamente.