El dolor de espalda se puede prevenir

El origen de la gran mayoría de los casos radica en una tensión muscular mantenida relacionada con estrés o tensión emocional

"Tarde o temprano, el 80-90 por ciento de la población mundial tendrá dolor de espalda en algún momento a lo largo de su vida". No es precisamente tranquilizante esta afirmación de reumatólogos y neurocijanos, que explicaría por qué términos como "dolor lumbar o de cervicales" salen a relucir con tanta frecuencia en las conversaciones cotidianas. Por otra parte, lo dicho no debería extrañar a nadie si nos atenemos a las cifras que manejan los expertos: casi diez millones de españoles mayores de 16 años padecen estos dolores de forma habitual, dato extraído de la Encuesta Europea de Salud en España realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Las cifras mencionadas convierten a estos trastornos en las enfermedades crónicas más diagnosticadas en España, muy por encima de la población aquejada de hipertensión arterial o alergias, por lo que pocos se libran de ella, si bien en algunas ocasiones no pasan de ser más que un incómodo dolor puntual.

Las causas del lumbago y dolor cervical residen principalmente en malas posturas tanto en el trabajo como en la vida diaria, sedentarismo, obesidad, determinadas actividades realizadas en condiciones inadecuadas e incómodas, actos cotidianos como hacer la cama, planchar, ir a la compra o hablar por teléfono sosteniéndolo entre la cabeza y el hombro... son algunos de los detonantes tanto del dolor lumbar como del cervical.

Tensión y estrés

Según explica la Sociedad Española de Reumatología (SER), la mayoría de los casos de dolor se deben al estrés o la tensión. "Hay personas en las que las malas posturas, la falta de ejercicio o el sobreesfuerzo físico desencadenan un dolor cervical o lumbar que se cronifica si no se corrigen estos factores mecánicos".

Sin embargo -añade la SER-, en ocasiones no son factores externos los detonantes, sino la propia mala estructura de la columna -en personas que sufren escoliosis, que tienen alguna vértebra deformada por una osteoporosis importante, por ejemplo, o por artrosis- o aquellos con una masa muscular débil sufren dolor lumbar o cervical. "Curiosamente, en la gran mayoría de los casos el origen del dolor cervical o lumbar radica en una tensión muscular mantenida, relacionada con frecuencia con estrés o tensión emocional", señala la citada sociedad científica.

Prevención

Como causas menos frecuentes, pero quizás más consistentes con la aparición de dolor, se encuentran, por un lado, los traumatismos y giros o golpes bruscos y, por otro, las enfermedades inflamatorias de la columna, como las espondilitis u otras. En cualquier caso, es posible prevenir tales molestias y para ello conviene seguir algunas recomendaciones, como coger o levantar objetos pesados de la forma adecuada, caminar y sentarse correctamente, y sobre todo mantener una musculatura fuerte en la espalda. Por otra parte, si el dolor de espalda hace acto de presencia y se torna persistente, existen, independientemente de la causa, consejos comunes para mitigarlo como apoyo a un tratamiento analgésico adecuado.

Los expertos señalan en este sentido que, inicialmente, en vez de reposo es preferible un ejercicio suave, con estiramientos lentos; el reposo sólo se debe aconsejar en períodos de mucho dolor y durante un tiempo no superior a tres días. Aparte del ejercicio controlado, para combatir el dolor lumbar se puede recurrir a la aplicación de calor local y a los masajes.