Diez consejos para mantener sano tu corazón

Las causas más frecuentes de los 'males del corazón' pueden prevenirse y tratarse

El corazón, las arterias y las venas forman el sistema que se encarga de repartir la sangre por nuestro cuerpo, transportando a las células el oxígeno y las sustancias que necesitan. Es una función fundamental y cuando algo falla, aunque no lo notamos en el momento, a la larga puede desembocar en problemas muy graves.

Por esta razón, desde Cinfa, el asesor médico Eduardo González Zorzano recuerda que "la anticipación y la prevención resultan primordiales para reducir el riesgo cardiovascular, que es la probabilidad que tiene una persona de sufrir una de estas enfermedades en un plazo de diez años".

"Si bien este riesgo puede verse incrementado por factores genéticos o por enfermedades como la diabetes, que no pueden evitarse, las causas más frecuentes de estas dolencias pueden prevenirse y tratarse", añade. "Así, hay tres factores principales que son los más importantes y podemos trabajar: dejar de fumar y controlar la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia mediante una alimentación adecuada y unos hábitos saludables".

Recomendaciones

  • Vigila la báscula: el peso es uno de los factores de riesgo que predisponen a sufrir problemas cardiovasculares.
  • Haz ejercicio de forma regular: hemos de evitar el sedentarismo, por ejemplo, caminando entre media hora y una hora diaria o practicando otro tipo de actividades: baile, natación, ciclismo...El ejercicio físico aérobico ayuda al corazón a trabajar más eficientemente y reporta numerosos beneficios a nuestra salud.
  • Cuidado con el estrés: el aumento de la ansiedad y la tensión emocional resulta peligroso para el corazón. Intenta relajarte y evitar el estrés, tanto en casa como en el trabajo.
  • Cocina saludable: es preferible que cocinemos los alimentos al vapor, al horno o a la plancha, y evitemos las frituras y las salsas. Así mismo, recurre al aceite de oliva por sus propiedades cardiosaludables y evita en lo posible la mantequilla y la margarina.
  • Reduce al mínimo las grasas animales: es mejor consumir carnes blancas, pollo sin piel y pescados azules. Planificar una alimentación rica en verduras, legumbres, fruta y fibra.
  • Deja la sal en el salero: la sal incrementa la tensión, por lo que no hay que abusar de ella. Podemos sustituirla por apio o hierbas aromáticas, para no restar sabor a nuestras comidas.
  • Huye del tabaco: debemos evitar fumar, así como ser fumadores pasivos. Este es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular.
  • Modera el consumo de café y alcohol: más de dos o tres tazas de café diarias o más de dos o tres vasos de vino al día en el caso de los hombres y uno y medio para las mujeres no son recomendables.
  • Mide periódicamente tus niveles de tensión y colesterol y sigue tu tratamiento médico: todos los adultos mayores de 40 años debemos vigilar nuestros niveles de tensión y colesterol, sobre todo si tenemos antecedentes familiares. En aquellos casos en los que se diagnostique una enfermedad o riesgo cardiaco, nuestro médico establecerá el tratamiento a seguir.
  • Consulta al farmacéutico la posibilidad de recurrir a complementos nutricionales: en ocasiones, la dieta no nos provee de la cantidad de nutrientes necesaria para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. En estos casos, puede ser recomendable complementarla con soluciones nutricionales que nos garanticen un aporte extra. Concretamente, los complementos de Omega-3 ayudan a regular el metabolismo de los triglicéridos, y los de péptidos lácteos y potasio contribuyen a mantener niveles adecuados de tensión.