2013, un buen año para dejar de fumar

La mayoría de los fumadores necesitará al menos dos intentos antes de dejar el hábito tabáquico definitivamente

El hábito tabáquico ha sido y es blanco de innumerables campañas en contra a nivel mundial y, sin embargo, los mensajes que desde todos los ámbitos se lanzan alertando sobre el riesgo que conlleva, parecen ir dirigidos a extraterrestres. Cierto es que son muchos los que han logrado abandonar el hábito, pero siguen siendo legión los que persisten en su consumo, ya sea porque no se lo plantean o se quedan en el intento.

Atribuyen a Mark Twain aquella famosa frase: "Dejar de fumar es fácil; yo lo he hecho mil veces". La explicación al porqué caen en saco roto los mil y un mensajes explicando las nefastas consecuencias de fumar, parece residir precisamente en que no resulta tan fácil dejarlo. La respuesta, aducen los expertos, está en la nicotina, una sustancia catalogada como droga que se encuentra de forma natural en el tabaco y que crea adicción como la heroína o la cocaína. Al inhalarse el humo del cigarrillo, la nicotina penetra profundamente en los pulmones, desde donde pasa al torrente sanguíneo que la transporta a todo el organismo, de tal forma que llega más rápido al cerebro que los medicamentos que se administran por vía intravenosa.

Pero además de la nicotina, un cigarrillo alberga otras sustancias no menos dañinas para la salud, como los alquitranes -benzopirenos y nitrosaminas-, responsables del 30 por ciento de todos los tipos de cáncer: vejiga, riñón, páncreas, estómago, etc., y del 90 por ciento del cáncer de pulmón. Por otro lado, está el monóxido de carbono, que es el causante de más del 15 por ciento de las enfermedades cardiovasculares, el cianuro, formol, plomo, etc.

Según la Asociación Española Contra el Cáncer, el tabaco es responsable de aproximadamente 56.000 muertes anuales en España, del 30 por ciento de las muertes por cáncer, del 20 por ciento de las producidas por enfermedades cardiovasculares, y del 80 por ciento de las causadas por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). El humo procedente de la combustión del tabaco está compuesto por unas 4.000 sustancias diferentes, 40 de ellas altamente tóxicas y cancerígenas.

El principio

Son muchas las razones para aparcar definitivamente el hábito tabáquico, y es más que probable que la gran mayoría de los fumadores empedernidos, pensando en su salud y en su calidad de vida, hayan contemplado la posibilidad de decir un buen día: "¡basta!, ahora sí que lo dejo". Si ha llegado hasta este punto, ya es un paso importante. Tómelo como un reto personal.

Está claro que deberá poner mucha fuerza de voluntad para decir "éste es mi último cigarrillo" y mentalizarse de que va a emprender una dura batalla, porque dejar de fumar no es fácil, ni mucho menos lograrlo de la noche a la mañana, pero tampoco es imposible. Los expertos de todo el mundo han colaborado en la redacción de algunos trucos que le pueden ser de gran ayuda, y que reproducimos en el cuadro adjunto. En cualquier caso, si fracasa en su primer intento, no debe desanimarse, sino pensar en que tiene que volver a intentarlo. Los médicos señalan que la mayoría de los fumadores necesitarán al menos dos intentos antes de dejar de fumar definitivamente.

Síntomas de abstinencia

Como cualquier droga, los síntomas de abstinencia de la nicotina son físicos y mentales, pero no representan un riesgo para la vida. El riesgo reside en la tentación de volver a fumar, en cuyo caso cabe consultar con su médico con qué reemplazar la nicotina y qué otras terapias pueden ayudarle a reducir dichos síntomas. La mayoría de los fumadores aducen que los síntomas mentales suponen el mayor reto al tratar de abandonar el hábito.

Entre los síntomas más habituales, se citan mareos en el primer o segundo día después de dejar de fumar, frustración, depresión, impaciencia e irritabilidad, ansiedad, trastornos del sueño, dificultad para concentrarse, dolores de cabeza, aumento del apetito, aumento de peso, tos, boca seca, dolor de garganta y goteo nasal. Hay que pensar que los beneficios para la salud que se van a obtener superan con creces cualquier molestia o problema psicológico o emocional que pudiera surgir en la lucha para dejar de fumar.

Las recompensas más inmediatas que se obtienen tras dejar de fumar son, entre otras: mejor aliento, dientes más blancos, desaparece el olor desagradable en la ropa y el cabello, así como el color amarillento de los dedos y uñas; puede saborear mejor los alimentos, se normaliza el sentido del olfato y se cansará menos al subir escaleras o realizar otras actividades.

Existen tratamientos que pueden ayudarle a dejar de fumar. Consulte con su médico o farmacéutico.