Tratamientos de la gripe y el resfriado

Las medidas preventivas son fundamentales tanto para evitar que se propaguen los virus como para aliviar los síntomas

Cada año, millones de personas se ven afectadas por la gripe o el resfriado, dos enfermedades infecciosas que afectan a las vías respiratorias ocasionando muchos problemas de absentismo escolar y laboral con los  consiguientes costes económicos y sociales. Ambas son producidas por virus y la forma de transmisión es la misma. Cuando la persona enferma habla, tose o estornuda, origina unas gotitas que contienen los virus. Éstos pasan vía aérea a la persona sana. Los síntomas son similares, aunque existen diferencias que nos pueden ayudar a distinguir si nuestros estornudos, lagrimeo o congestión nasal se corresponden con un resfriado o una gripe.

Desde el punto de vista del tratamiento, al ser causadas por virus, el tratamiento va encaminado a aliviar los síntomas. Sin embargo, es importante prestarle atención sobre todo a la gripe, pues puede ocasionar complicaciones de salud, especialmente en colectivos vulnerables (ancianos, niños, etc.)

¿Gripe o resfriado?

Aunque los profesionales sanitarios son los más indicados para ayudarnos a distinguir ambas patologías, podemos tener una idea fijándonos en los síntomas que nos afectan (ver cuadro adjunto). Sea un resfriado o sea una gripe, el tratamiento bien preventivo o bien curativo va a ser muy similar.

Hay que tener en cuenta que las medidas preventivas son fundamentales tanto para evitar que se propaguen los virus evitando el contagio, como para aliviar los síntomas una vez que hemos contraído el resfriado o la gripe.

Una vez que empieza el proceso el tratamiento será sintomático e individualizado. Tener en cuenta los síntomas, cuáles predominan en cada caso, y trasmitírselo al médico o farmacéutico, será definitivo para recibir el tratamiento más adecuado a nuestro caso. El cumplimiento de la posología indicada durante los días que tengamos síntomas nos ayudará a aliviarnos hasta que remita la enfermedad.

Aunque la medida preventiva más importante será evitar en lo posible el contagio, mantener nuestro sistema inmunitario en buen estado y la administración de la vacuna antigripal nos ayudará a no contraer la enfermedad.

En la prevención, seguiremos unas pautas higiénicas muy conocidas y debemos utilizar productos y tratamientos farmacológicos de eficacia reconocida o con evidencias científicas de su eficacia.

SíntomasResfradoGripe
Periodo de incubación48-72 horas18-36 horas
FiebreRara vez y sólo décimasMuy alta (38º-40º)
Dolor de cabezaPoco frecuenteIntenso
Dolor muscular y articularA veces, de forma leveMolesto y frecuente
Irritación ocularFrecuenteA veces
Secreción nasal (rinorrea)Abundante al principioA veces
EstornudosFrecuentesOcasionales
Congestión nasal

A veces

Dolor de gargantaFrecuenteA veces
Tos

Frecuente, tos seca de leve

a moderada

Muy común y puede

ser severa

Fatiga, debilidadModerada

Fuerte al inicio y

prolongada en el tiempo

 

Fitoterapia y homeopatía

La fitoterapia también puede ayudar al tratamiento farmacológico. Las plantas más usadas son la equinacea y el sauce, la primera por sus propiedades antivíricas y la segunda por su efecto sobre el dolor y la fiebre. Además, con acción descongestiva tenemos el eucalipto y las yemas de pino, y para combatir la tos, el tomillo.

Las plantas tienen acciones terapéuticas reconocidas y de ellas podemos destacar en la acción preventiva la equinacea. Tenemos en el mercado medicamentos a base de equinacea cuya indicación es el tratamiento complementario o preventivo del resfriado y las afecciones de las vías respiratorias altas.

El extracto de equinacea ha demostrado poseer propiedades estimulantes del sistema de defensa inmunológico, incluso existe evidencia de que puede mejorar la infección gripal si se toma el tratamiento al iniciarse los síntomas.

Por su parte, la homeopatía ha demostrado a lo largo del tiempo su eficacia. Ésta se ha visto mejorada con el desarrollo de los medicamentos homeopáticos compuestos sobre todo a nivel del sistema inmune, sobre el que actúan reforzándolo.

Estos medicamentos incluyen principios activos de origen vegetal y mineral a dosis equivalentes a las que se encuentran de forma natural en nuestro sistema inmunitario, lo que explica que potencien las defensas.

Existe una gran variedad de medicamentos homeopáticos, de los cuales, el profesional sanitario especializado nos aconsejará el más adecuado a nuestro problema.

Vacunas

La vacunación contra la gripe es el método más eficaz para prevenirla con un riesgo extremadamente pequeño. Su eficacia es indiscutible frente a la gripe pero no es eficaz frente al resfriado común.

Es fundamental vacunarse cada año si no tenemos ninguna contraindicación al respecto. Los virus cambian cada temporada y con ellos las cepas con las que se fabrican las vacunas.

Tratamiento sintomático

Al ser enfermedades producidas por virus, apenas existen fármacos eficaces contra ellos. El tratamiento farmacológico irá encaminado a aliviar los síntomas, y prevenir complicaciones, por tanto el médico o el farmacéutico lo instaurará de forma individualizada. A medida que estos vayan desapareciendo, el tratamiento debe suprimirse.

Tomar caramelos por el efecto suavizante sobre la mucosa faríngea y utilizar suero fisiológico estéril para lavar los ojos enrojecidos y hacer lavados nasales para aliviar la congestión son remedios básicos que alivian y mejoran los síntomas.

Fundamentalmente se usan fármacos que alivian la congestión nasal, la tos, la rinorrea, el dolor de garganta y el malestar general, bien por separado o bien como polifármacos, los llamados "antigripales", que con objeto de aliviar de forma global estos síntomas, presentan principios activos en asociación.

Suelen llevar un analgésico para el dolor, un antihistamínico para disminuir el moco, un descongestivo que aliviará la congestión nasal y a veces vitamina C o cafeína.

La vitamina C puede ser beneficiosa tomada como complemento si no se toma cantidad suficiente en la dieta. Asociada al ácido acetilsalicílico como se formula en diversos antigripales ve su eficacia disminuida, por que éste disminuye su absorción. Si se toma en forma de complejo vitamínico, hay que cuidar no excederse en las dosis. Existe la creencia de que megadosis de vitamina C son beneficiosas para estas patologías, pero estos excesos pueden producir trastornos digestivos, diarreas, etc.

La cafeína se utiliza en los antigripales con la idea de aumentar sus efectos analgésicos y disminuir la somnolencia que producen los antihistamínicos. Su consumo de forma prolongada es controvertida, pues debido a su acción estimulante del sistema nervioso central puede ocasionar insomnio, aumentar la frecuencia y la profundad de la respiración y no está demostrado que contrarreste la somnolencia. Además presenta efectos adversos comprobados como son efectos gastrointestinales -puede agravar las úlceras pépticas-, temblores, palpitaciones, ansiedad, agitación, etc.

No debemos dar nunca ácido acetilsalicílico a niños ni adolescentes, por el riesgo de sufrir "Síndrome de Reye", un daño cerebral y hepático que se ha visto asociado al uso de este medicamento en niños y adolescentes.  No hay tratamiento específico y el pronóstico es grave, por lo que no está indicado el uso en estas edades.

Asimismo, la utilización de antibióticos no aporta beneficio alguno en estas patologías víricas respiratorias. Sólo deben administrarse, recetados por un médico, en casos en los que se produzcan complicaciones bacterianas como otitis, bronquitis, neumonías, etc.

Existen también dos fármacos antivirales autorizados y comercializados en España: amantadina y zanamivir.  Aunque el objetivo de su uso radica en eliminar los virus en el individuo infectado para disminuir su propagación y evitar que se produzcan epidemias, se usan poco debido a los importantes efectos adversos que pueden provocar. Siempre deben tomarse bajo prescripción y control médico.