¿Tengo gripe o resfriado?

Las dos son enfermedades infecciosas originadas por virus y el contagio se produce de la misma manera.

¿Qué tengo, una gripe o un simple catarro? Es muy probable que cada año nos hagamos esta pregunta y terminemos dudando de la respuesta ya que la sintomatología es muy parecida. Podemos tener fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, congestión nasal con o sin estornudos, dolor de garganta, tos moderada, ojos irritados y llorosos, cansancio y debilidad. Este es el momento de consultar con el farmacéutico para que nos ayude y aconseje sobre las medidas a tomar.

Tanto la gripe como el resfriado son enfermedades infecciosas originadas por virus. La incidencia en la población es muy alta en ambos casos y el contagio se produce de la misma manera. A través de las gotitas que una persona enferma origina al hablar, toser o estornudar, los virus pasan al aire y a los objetos. El contagio se produce vía aérea de una persona a otra con mucha facilidad.

El tratamiento también es muy similar e irá encaminado a aliviar los síntomas; sin embargo, si se trata de una gripe las complicaciones pueden ser importantes, sobre todo en colectivos de mayor riesgo, más vulnerables, como son los ancianos, los niños y pacientes con enfermedades respiratorias, cardiacas, etc.

La gripe es una enfermedad infecciosa, aguda, producida por el virus Influenza tipos A, B y C, de la familia Orthomyxoviridae. Son virus que cambian continuamente de manera que las defensas generadas un año son ineficaces al siguiente, de ahí que la vacunación sea anual. Cuando los cambios en los virus son menores pueden ser causa de epidemias, pero cuando los cambios son más grandes pueden producir pandemias.

Durante el siglo XX se produjeron 3 grandes pandemias y a día de hoy es imposible predecirlas. La gripe es una enfermedad muy contagiosa que se transmite con gran rapidez.

Por su parte, el resfriado es una enfermedad molesta pero poco grave, causada por virus de la familia de los Rinovirus y Coronavirus. Los niños suelen sufrir más resfriados que los adultos, por un lado por la inmadurez de su sistema inmunitario y por otro  por el mayor contacto físico que tienen entre ellos.

Tratamiento

Existen una serie de medidas higiénico-sanitarias para prevenir que el virus se extienda y paliar los molestos síntomas. Además existen tratamientos farmacológicos sintomáticos y para la gripe una vacuna anual muy eficaz.

Como medidas preventivas y de mejora de los síntomas tenemos:

  • Lavarse las manos frecuentemente, sobre todo en momentos clave como después de estornudar o toser.
  • Protegerse del frío y evitar los cambios bruscos de temperatura.
  • No permanecer en ambientes cargados, cerrados, ni donde haya mucha gente.
  • Evitar el humo del tabaco, fumar y beber alcohol.
  • Usar pañuelos de papel al estornudar para evitar que el virus pase a través del aire a otras personas y taparse la boca al toser para evitar en lo posible la diseminación del virus.
  • En el caso de la gripe, si es un caso indicado, vacunarse.
  • Beber abundante líquido, al menos 2 litros al día, sobre todo zumos de frutas ricos en vitamina C (zumos de naranja y limón).
  • Guardar reposo y en el caso de la gripe permanecer en casa para disminuir la diseminación  del virus.
  • Si los ojos están irritados lavarlos con suero fisiológico.
  • Para la congestión nasal hacer lavados con suero fisiológico o con agua de mar, que es muy eficaz.
  • La fitoterapia basada en el uso del eucalipto alivia la congestión nasal. El tomillo combate la tos. El sauce tiene efecto sobre el dolor y la fiebre y la equinácea  tiene propiedades antivíricas y es un buen preventivo.

Como son infecciones virales, el tratamiento farmacológico se basa en aliviar síntomas y a medida que éstos desaparecen se suprimirá. Se pueden usar fármacos que sólo alivian la congestión nasal, la tos, el dolor de garganta o el malestar general. Pero si lo que tenemos es una mezcla de síntomas, es probable que el farmacéutico o el médico nos recomienden tomar un fármaco de los llamados "antigripales". Se trata de medicamentos que llevan una mezcla de principios activos que actúan frente a los distintos síntomas. Su composición incluye un antihistamínico para disminuir la rinorrea,  un descongestivo para la congestión nasal, un analgésico para el malestar y el dolor y a veces otros ingredientes como la vitamina C.

Ni en la gripe ni en el refriado se tomarán antibióticos a no ser que surjan complicaciones que así lo requieran. Los antibióticos son totalmente ineficaces frente a los virus.

Asimismo, están autorizados y comercializados en España dos fármacos antivirales. Sólo son eficaces si se administran de forma temprana y deben tomarse bajo prescripción médica, por lo que se usan sólo en pacientes de riesgo.

Prevención. Vacuna antigripal

Cada año, desde 1992, durante el mes de febrero se reúnen en Ginebra una serie de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para elaborar las recomendaciones sobre la vacuna que se aplicará durante el siguiente invierno. Después, un grupo de expertos de la Unión Europea adopta la decisión sobre las cepas que llevará la vacuna de la siguiente campaña, en este caso la Campaña 2014/2015.

Para esta campaña se recomienda una vacuna trivalente, que contiene cepas similares a estas 3:

  • A/California/7/2009 (H1N1)pdm09
  • A/Texas/50/2012 (H3N2)
  • B/Massachusettes/02/2012

Si se aplica una vacuna tetravalente la OMS indica que se puede incluir como segunda cepa B, la cepa B/Brisbane/60/2008.

La vacunación debe hacerse cada año. La vacuna se elabora con virus inactivados por lo que nunca puede producir gripe, resfriado ni ninguna otra enfermedad  a no ser molestias locales en la zona del pinchazo y en raras ocasiones algo de fiebre.

La vacunación está recomendada en:

  • Personas con 65 años o más.
  • Menores de 65 años con enfermedades crónicas, ingresados en residencias o centros de asistencia y embarazadas siempre después del primer trimestre de embarazo.
  • Profesionales sanitarios o familiares que prestan cuidados a personas de riesgo.

Por el contrario, se desaconseja en:

  • Pacientes con alergia al huevo, pues los virus se cultivan en huevos embrionados de gallina, o los que hayan sufrido una reacción alérgica severa al ser vacunados.
  • Niños menores de 6 meses.
  • Cuando existe una enfermedad con fiebre, debe esperarse  a que remita.

En estas enfermedades infecciosas con tan alto grado de contagio, es muy importante la prevención. Siguiendo las recomendaciones higiénicas y atendiendo al consejo en la vacunación nos protegeremos en gran medida del contagio.

Los profesionales sanitarios, como el farmacéutico, podrá asesorarnos sobre el mejor tratamiento a seguir para aliviar los síntomas o nos derivarán al médico si los síntomas persisten, empeoran o existe una enfermedad de base.

Los antigripales son una buena opción, aunque es interesante complementar su acción con medidas como lavados nasales con agua de mar. Evitar la automedicación.