Frente a la congestión nasal

Los lavados nasales, rápidos y sencillos de realizar, ayudan a eliminar las secreciones y a descongestionar las mucosas

La nariz tiene un papel importante en el proceso de la respiración. Sin embargo, no es su único papel, pues realiza una serie de funciones importantes: filtra, humidifica y calienta el aire inspirado, es la primera barrera inmunológica, es el órgano del sentido del olfato, actúa como caja de resonancia acústica para la voz e interviene en la pronunciación de determinadas letras (las consonantes nasales).

La nariz está formada por dos fosas nasales separadas por un tabique que constituyen la primera parte del sistema respiratorio. Estas cavidades están recubiertas por una mucosa que en algunas zonas está muy vascularizada. Las características de la mucosa permiten, según su posición, que tenga función respiratoria y función olfatoria.

Las fosas nasales están ocupadas por el septum y los cornetes que dan lugar a espacios irregulares que forman una especie de chimeneas que obligan al aire que penetra en la nariz a formar un flujo laminar. De esta forma, el aire inspirado se calienta, llegando a estar entre 32ºC y 34ºC, y los pulmones lo reciben a temperatura fisiológica, unos 37ºC. A la vez, el aire se va saturando de humedad gracias a la humedad del moco, y gracias también al moco y a los estornudos, partículas extrañas son retenidas y expulsadas. La nariz es un filtro excelente, casi el cien por cien de las partículas más grandes quedan retenidas. Por otro lado, la mucosa está cubierta de inmunoglobulinas que actúan sobre virus y bacterias evitando que penetren o se adhieran y produzcan infecciones. De este modo, el aire llega a los pulmones en condiciones adecuadas de limpieza, humedad y temperatura.

Congestión nasal

De modo sencillo podemos decir que la congestión nasal es el taponamiento de la nariz. Podemos pensar que la nariz se tapona por un exceso de moco pero no siempre es así, la mayor parte de las veces se debe a que la mucosa nasal se inflama y tapona los orificios dificultando la entrada y salida del aire.

La congestión nasal puede ser un problema molesto que no ocasione ningún problema de salud, sin embargo puede interferir en la audición, en el habla y en el sueño produciendo ronquidos. En casos graves se asocia a episodios de falta de respiración durante el sueño que se conocen como apnea obstructiva del sueño.

Cuando la congestión se produce en los recién nacidos o niños de corta edad, que suelen respirar por la nariz, puede interferir en la lactancia. En niños algo más mayores y adolescentes lo normal es que sea una simple molestia, aunque en todos los casos si no se corrige puede desencadenar problemas de salud.

Las principales causas de la congestión nasal a cualquier edad son:

  • Resfriado común: es uno de los síntomas principales de esta infección vírica.
  • Gripe: también se trata de una infección vírica, con síntomas algo más severos. La rinitis que ocasiona inflamación de la mucosa nasal y congestión es un síntoma habitual.
  • Infección en los senos (sinusitis): los senos paranasales se inflaman consecuencia de una infección que puede ser vírica, bacteriana o por hongos. La congestión que se produce suele ser importante, muy molesta y se agudiza de noche.
  • Rinitis originadas por varias causas, como alergia, secundaria al uso de fármacos, etc.
  • Pólipos nasales: son masas de tejido inflamado que recubren la mucosa de la nariz o de los senos. La solución suele ser quirúrgica.
  • Desviación o roturas del tabique nasal: el taponamiento en este caso, al igual que los pólipos, es mecánico y la solución también es quirúrgica.

En situaciones como el embarazo también se produce congestión nasal sin una causa patológica efectiva.

Los lavados nasales son el primer tratamiento que debemos aplicar cuando tenemos congestión nasal.

Los lavados nasales son el primer tratamiento que debemos aplicar cuando tenemos congestión nasal.

Tratamiento

El tratamiento debe contemplarse desde dos puntos de vista, el farmacológico siguiendo las pautas y la prescripción del médico o del farmacéutico, que puede instaurar un tratamiento sintomático a base de medicamentos que no necesitan receta médica, y el basado en medidas higiénico-sanitarias encaminadas también a aliviar las molestias de la congestión.

En relación a las medidas higiénico-sanitarias, existen algunas recomendaciones muy útiles y sencillas para mejorar los síntomas y que pueden estar al alcance de cualquier persona:

  • Tomar líquidos abundantes y llevar una dieta sana y equilibrada. La dieta mediterránea es ideal.
  • No fumar ni beber alcohol.
  • Evitar los cambios bruscos de temperatura, los ambientes muy cargados (lugares con humo de tabaco) y los productos irritantes (pinturas, productos químicos, etc.).
  • Mantener el ambiente ligeramente húmedo, bien ventilado.
  • Evitar los elementos decorativos que acumulen mucho polvo como alfombras, moquetas, etc.
  • Cuando existe alergia al polen: debemos poner en el aire acondicionado del coche y de casa filtros para evitar en lo posible la entrada, mantener cerradas las ventanas durante la noche, viajar con las ventanillas del coche cerradas y no salir si es posible en días de fuerte viento cuando haya altas concentraciones de polen.
  • Realizar ejercicio físico regular, que favorece que la nariz se descongestione.
  • Utilizar tiras nasales.
  • Realizar lavados nasales.

Las tiras nasales son unas bandas dilatadoras que se colocan sobre el puente de la nariz y producen una suave apertura de las fosas nasales de manera sencilla y natural. Si las fosas están abiertas el paso del aire se produce con facilidad y se alivia la congestión.

Estas tiras tienen una ventaja importante con respecto a otros tratamientos y es que se pueden usar de forma prolongada en el tiempo. Como se colocan de forma externa  se pueden usar en todo tipo de pacientes (excepto en niños menores de 5 años, por el tamaño de las tiras) y no producen dependencia ni habituación.

En cuanto a los lavados nasales, son rápidos y sencillos de realizar. La técnica consiste en el lavado activo de las fosas nasales con una solución fisiológica y estéril de suero, de agua de mar o de agua con diferentes sales disueltas, siempre en condiciones de esterilidad.

Estas soluciones ayudan a eliminar las secreciones y a descongestionar las mucosas. Se pueden aplicar cuantas veces sea necesario puesto que no alteran las mucosas ni producen efectos adversos que sean relevantes. Éste es el primer tratamiento que debemos aplicar cuando tenemos congestión nasal y es de elección en niños pequeños por la facilidad de aplicación y su inocuidad.

Tratamiento farmacológico

Se basa en el uso de medicamentos que alivian los síntomas y mejoran el estado de las mucosas. Los usados para este caso son los vasoconstrictores tópicos, que regulan la irrigación de la mucosa provocando que el tejido no se inflame. El problema de su uso es el efecto rebote que producen si se utilizan mucho tiempo. Cuando el medicamento produce durante mucho tiempo vasoconstricción, se desencadena un mecanismo para compensarlo que aumenta la congestión.

También contamos con medicamentos que actúan a nivel general y preparados antigripales o anticatarrales, cuya acción es más lenta con más efectos secundarios, pero más completa y duradera.

Será siempre el médico o el farmacéutico el que nos instaurará un tratamiento farmacológico. Ellos pautarán la posología, forma de aplicación y duración del tratamiento para minimizar el efecto rebote u otras reacciones adversas.

Nunca debemos caer en la automedicación. El farmacéutico está sobradamente capacitado para realizar un seguimiento del problema y darnos las medidas adecuadas para paliarlo. En caso necesario nos remitirá al médico.

Congestión nasal en niños

Las medidas de elección son las higiénico-sanitarias, a base de lavados nasales con suero o soluciones de agua de mar y otras sales.

Aunque muchas veces la congestión nasal viene derivada de alguna infección, los lavados no deben dejar de realizarse, a no ser que el médico  lo desaconseje específicamente. Los niños en muchos casos no saben sonarse la nariz y el lavado facilita que el moco se ablande y salga por sí solo o gracias a los aspiradores nasales podamos aspirarlo y facilitar no sólo la respiración, también la salida de los agentes que le han causado la infección.

Cuando tengamos congestión nasal hay que recordar la importancia de la higiene nasal para el alivio del síntoma y la eliminación de los gérmenes. Si no es suficiente debemos acudir al farmacéutico que nos indicará qué tratamiento aplicar o nos derivará al médico para evitar complicaciones.

El uso racional de los medicamentos asegura que el paciente no sufra complicaciones o reacciones adversas no deseadas.