Frente a la acidez estomacal

Los posibles desencadenantes son muchos y muy variados y no a todo el mundo le afectan por igual: descubra lo que le sienta mal y evítelo.

Sensación ardiente y dolorosa que se origina en el esófago, justo debajo del esternón. La molestia suele originarse en el pecho y puede irradiarse hacia el cuello o la garganta. ¿Sabe de lo que estamos hablando? Seguro que sí.

Como casi todos, es muy posible que alguna vez haya padecido lo que los médicos denominan 'pirosis', la popular acidez o ardor de estómago, un síntoma que suele presentarse o agravarse después de las comidas.

¿Cómo se produce?

Cuando comemos, la comida pasa de la boca al esófago. En ese momento, los músculos del esófago se mueven en olas empujando el alimento hacia el estómago y la comida pasa por una apertura o válvula que actúa como puerta entre el esófago y el estómago. Lo ideal es que una vez que la comida llega al estómago 'la puerta' se cierre, pero si no lo hace el ácido del estómago regresa al esófago, lo que se conoce como reflujo, y el acido puede irritar el esófago.

El resultado no se hace esperar: ardor, sabor agrio o amargo en la boca, sensación de quemazón en la garganta y de que la comida vuelve a la boca, especialmente al agacharse o echarse.

¿Es un problema grave?

La acidez estomacal normalmente se considera un trastorno menor que no acarrea un peligro serio para la salud. Pero, si deja de ser algo ocasional y lo padece con frecuencia, ha llegado el momento de llamar al médico para descartar o confirmar un problema de mayor calado, como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), e indicarle el tratamiento más adecuado.

En general, ha de consultar al médico si los episodios de acidez se repiten más de tres veces a la semana durante dos semanas. También ha de hacerlo si presenta dolor de garganta persistente, ronquera, tos crónica, asma, vómitos, sangre en las heces, dolor en el pecho o sensación de hinchazón en la garganta.

Factores desencadenantes

Dos son los escenarios perfectos para la aparición de la pirosis: momentos después de una comida copiosa o cuando nos tumbamos antes de que el estómago haya terminado de hacer la digestión. Agacharse o inclinarse hacia adelante también puede desencadenar su aparición. Además, principalmente se presenta en fumadores, embarazadas y personas con sobrepeso.

Hay un refrán que identifica muy bien a algunos de los culpables de la acidez de estómago: 'café, copa y puro, gastritis seguro'. Y es que el tabaco, el café y el alcohol no son buenos aliados del estómago. Los alimentos ácidos o picantes lógicamente tampoco. Además, ciertos alimentos, como las especias, los alimentos fritos o grasos, el pepino, los cítricos, los pimientos, la cebolla, los puerros, el ajo, el tomate, el chocolate o el té provocan más acidez que otros.

Aunque muchas personas creen lo contrario, tomar bebidas o infusiones de menta después de comer no ayuda a hacer la digestión, al contrario, puede activar la pirosis. Si además las comidas se hacen de manera desordenada y anárquica, el aparato digestivo acaba por resentirse y la acidez está servida.

El estrés y la ansiedad también tienen mucho que ver en este desenlace, así como determinadas enfermedades asociadas, como por ejemplo tener piedras en la vesícula biliar, hernia de hiato, gastritis, dispepsias, úlcera gástrica y úlcera duodenal.

Ciertos medicamentos pueden conducir a padecer 'acidez de estómago', como los antiinflamatorios. Si este es su caso, no interrumpa nunca el tratamiento por su cuenta y hable con su médico; es él quien ha de tomar la decisión que mejor le convenga. En resumen, los posibles desencadenantes de la acidez son muchos y muy variados y no a todo el mundo le afectan por igual. Descubra lo que le sienta mal y evítelo.