Falsos mitos de la diabetes, al descubierto

A pesar de que cada vez existe más información rigurosa sobre la diabetes, hoy en día todavía hay muchos mitos que es preciso aclarar.

  • La diabetes no es una patología grave: FALSO.

La diabetes es una enfermedad crónica que padecen más de cinco millones de personas en España y que puede acarrear, entre otros problemas, amputaciones, ceguera e incluso la muerte. Por ello, es imprescindible implementar medidas efectivas para que las personas con diabetes tengan acceso a una educación y formación diabetológica de calidad; no en vano, es la única herramienta con la que cuentan para tener bajo control su diabetes y así evitar otros problemas graves de salud.

  • Solo afecta a las personas de edad avanzada: FALSO.

Existen dos tipos de diabetes: la tipo 1, que afecta principalmente a niños y jóvenes; y la tipo 2, que suele presentarse a partir de los 40 años y que representa el 90% de los casos.

  • La diabetes no es una enfermedad mortal: FALSO.

Un mal cuidado de la diabetes puede provocar la muerte. Los datos no dejan lugar a dudas: 25.000 españoles mueren cada año por su culpa y cada 7 segundos fallece una persona en todo el mundo relacionada con este problema.

  • La diabetes no se puede prevenir y es contagiosa: FALSO.

Aunque es cierto que la diabetes tipo 1 no se puede prevenir, pues aún no se conoce con certeza por qué algunos niños y jóvenes la padecen, no es contagiosa. La diabetes tipo 2 tampoco lo es, pero, a diferencia de la anterior, sí se puede prevenir. No en vano, un gran porcentaje de casos están relacionados con otros problemas de salud que surgen por hábitos de vida poco saludables. Hay que evitar estos factores de riesgo, por tanto, para prevenirla.

  • La diabetes solo afecta a los países ricos: FALSO.

Aunque actualmente esta enfermedad es un problema de salud pública en todo el mundo, su incidencia es mayor en los países desarrollados. El sedentarismo, los malos hábitos de vida y una inversión pública mucho más reducida en medidas de salud y de prevención explican esta realidad.

  • El cuidado de la diabetes no es costoso: FALSO.

El coste económico anual que representa la diabetes para el Sistema Nacional de Salud (SNS) se traduce en unos costes directos, por tratamientos y hospitalizaciones, de 5.447 millones de euros; y en unos costes indirectos, por absentismo laboral, jubilaciones anticipadas y gastos sociales, de 17.630 millones de euros.

Si se apostara por medidas de prevención y formación en diabetes, estos costes se reducirían a medio y largo plazo.

  • Las personas con diabetes no pueden hacer deporte ni ningún tipo de actividad física. FALSO.

Por lo general, las personas con diabetes pueden hacer cualquier tipo de deporte. Es más, está demostrado que contribuye a mejorar el control de los niveles de glucemia. No hay límites, pero sí hay que tomar precauciones. Por ejemplo, si existe descompensación importante de la glucemia, se recomienda posponer el ejercicio físico hasta que mejore.

Por otro lado, antes de una realizar una actividad física intensa es recomendable ingerir un suplemento de hidratos de carbono para evitar que la glucemia baje demasiado y hacer ejercicio con uno a mano por si surgen problemas.

  • Los alimentos etiquetados como "sin azúcar añadido" o "bajo contenido en azúcar" son buenos para las personas con diabetes porque no contienen azúcar: FALSO.

Los conceptos "bajo contenidos en azúcares", "sin azúcares" y "sin azúcares añadidos" o "light" no aseguran que el alimento no lleve otro tipo de hidratos de carbono, que se convierten en azúcares tras la digestión y que afectan, por tanto, a los niveles de glucosa.

  • Comer demasiados dulces causa diabetes: FALSO.

El consumo de azúcar en sí mismo no es causa directa de la diabetes. Tanto las personas que comen dulces como las que no pueden ser diagnosticadas de diabetes en algún momento de su vida.

  • Alimentos como la leche y la fruta no contienen hidratos de carbono, por lo que una persona con diabetes puede tomarlos sin problemas. FALSO.

La leche y la fruta contienen hidratos de carbono, por lo que su digestión provoca una subida de los niveles de azúcar en sangre. Es necesario controlar las cantidades que se toman de estos alimentos y es muy importante leer con detenimiento el etiquetado de los productos envasados, como la leche, para saber exactamente cuántos hidratos de carbono aportan.

Fuente: Federación de Diabéticos Españoles