La diarrea, un problema banal que puede ser grave si no se previene y trata a tiempo

Habitualmente suele ser leve, de corta duración (uno o dos días) y se soluciona simplemente con medidas de rehidratación

Después de comer, el aparato digestivo absorbe los nutrientes y líquidos de lo que hemos ingerido y elimina el residuo de los alimentos en forma de heces, pasando éstas a través del recto hasta su expulsión final por el ano. Este proceso, llamado evacuación intestinal, se produce en un perfecto equilibrio entre la absorción de agua y electrolitos y su secreción. Pero cuando se produce una alteración en dicho proceso, bien porque se absorben menos líquidos o porque se eliminan más, el volumen de agua aumenta provocando unas heces más blandas, más frecuentes y de mayor peso. A este síndrome se le denomina diarrea.

Aunque habitualmente suele ser leve, de corta duración (uno o dos días) y se soluciona simplemente con medidas de rehidratación y dieta progresiva (diarrea aguda), en ocasiones puede prolongarse más allá de cuatro semanas (diarrea crónica) y ser indicativa de un problema más grave. En los países en vías de desarrollo es la principal causa de muerte infantil. En el mundo desarrollado, en cambio, es la conocida como diarrea del viajero la que más complicaciones  nos suele ocasionar.

Por estos motivos, la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC) dedica a esta alteración una nueva entrega de su serie Recomendaciones SEFAC a la población. Se trata de una nueva ficha a disposición de los profesionales y la población en general con recomendaciones destinadas a conocer y tratar de forma práctica este problema de salud.

Recomendaciones

  • En las primeras horas de una diarrea, evite ingerir alimentos sólidos y tome sólo soluciones de rehidratación oral en pequeñas cantidades, de forma continua y a demanda. Estas soluciones, disponibles en la farmacia en distintos formatos, van a restituir los líquidos, sales y minerales perdidos en el proceso diarreico.
  • En caso de utilizar las presentaciones en polvo, se recomienda prepararlas con un litro de agua potable por sobre utilizado. No use agua hervida ni añada azúcar para endulzarla, conserve la solución en el frigorífico y deséchela veinticuatro horas después de su preparación.
  • Evite utilizar como solución de rehidratación remedios tales como refrescos de cola batidos o diluidos en agua o bebidas energéticas. En ambos casos el aporte en minerales (bicarbonato, sal y azúcar) es muy limitado respecto a las necesidades que en ese momento tiene el organismo.
  • A medida que vaya mejorando podrá ir reintroduciendo la alimentación mediante una dieta blanda. Los alimentos recomendados en la dieta astringente son: arroz, sopa de zanahoria, puré de patatas y zanahorias, sopa de pescado, huevo pasado por agua, duro o en tortilla, pescados blancos frescos o congelados, tales como lenguado, rape o gallo cocidos o a la plancha (sin piel), manzana asada, membrillo, plátano maduro, plan blanco tostado, infusiones claras de té o manzanilla edulcoradas con sacarina, yogur natural y queso fresco.
  • Cuando vaya reintroduciendo la alimentación tras la fase aguda, tenga en cuenta que las comidas deberán ser frecuentes pero poco copiosas, que es aconsejable masticar bien los alimentos o que éstos estén muy bien triturados para facilitar la digestión, y que deberá tomarlos a temperatura templada para no acelerar el tránsito intestinal.
  • Hasta una completa recuperación de una diarrea se recomienda no tomar leche, verduras de color verde (acelgas, espinacas, lechuga...), almendras, compotas, nueces, pan negro, grasas (incluyendo mantequilla, margarina y aceites), dulces, caramelos, chocolates, pastelería, azúcar, helados, bebidas my frías, bebidas refrescantes, aguas minero-medicinales con gas ni café.
  • Es muy recomendable que visite al médico si presenta diarrea asociada a alguno de los siguientes síntomas: fiebre superior a 38,5º C (38º C en niños pequeños), heces que contienen sangre, mucosidad, pus o son de color negro, dolor abdominal que no mejora con la deposición, síntomas o signos de deshidratación (boca y lengua secas, somnolencia, disminución de la cantidad de orina), viaje reciente a un país extranjero, sospecha de reacción adversa a un medicamento, persistencia del cuadro tras tres días siguiendo las normas adecuadas (dos días en caso de niños y uno si es un bebé).
  • No utilice antibióticos ni medicamentos para disminuir el movimiento intestinal (fundamentalmente la loperamida) sin que los prescriba su médico. El uso de antibióticos puede provocar la aparición de resistencias y en el caso de los medicamentos para disminuir el movimiento intestinal pueden reducir la capacidad defensiva del organismo.
  • En viajes al extranjero, especialmente si los destinos son Latinoamérica, África o Asia del Sur, debe tomar medidas para prevenir la diarrea del viajero, que aparece por ingerir alimentos o aguas que contengan bacterias, virus o parásitos nocivos para su organismo. Las principales precauciones son:

a) No beba agua del grifo ni la use para cepillarse los dientes ni para hacer cubitos de hielo.

b) No beba leche ni tome productos lácteos sin pasteurizar.

c) No coma frutas o verduras a menos que puedan pelarse y lo haga usted mismo.

d) No coma carne ni pescado crudos.

e) No coma alimentos comprados a vendedores ambulantes.

  • Otras recomendaciones para los viajeros a modo de prevención son: llevar un botiquín con sales de rehidratación oral, analgésicos y antidiarreicos, evitar baños en piscinas, aguas de ríos o lagos que carezcan de suficiente garantía de calidad higiénica, e informarse en algún Servicio de Sanidad Exterior sobre las vacunas recomendables en función del destino elegido.

Fuente: Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC).