Cuando la columna vertebral se queja

A tenor de las estadísticas, a partir de los 65 años prácticamente todos: el 95 por ciento de los hombres y el 80 por ciento de las mujeres, estamos abocados a sufrir lo que en términos médicos se conoce como estenosis (estrechamiento) del canal lumbar, o más popularmente "síndrome del escaparate", apelativo que viene dado por el hecho de tener que pararse a descansar cada cincuenta o cien metros cuando se sale a caminar.

Con el discurrir de los años también son comunes otros trastornos en esta parte del cuerpo, como las hernias discales, las fracturas vertebrales causadas por osteoporosis o los tumores en la columna vertebral. Pero la zona lumbar es, sin duda alguna, una de las más sensibles, y así quedó confirmado en el Simposio Internacional de Patología de la Columna Vertebral celebrado en la Clínica La Luz de Madrid. De hecho, los especialistas resaltaron que el 90 por ciento de los mayores sufren dolor crónico de espalda centrado en esta área de la columna.

Según explica el doctor Francisco Villarejo, director de la Unidad de Neurocirugía de Clínica La Luz, la estenosis del canal lumbar "se trata de una enfermedad generada por la disminución de los diámetros del canal lumbar en donde se encuentran la parte final de la médula espinal y las raíces de nervios de cola de caballo, que son responsables de los movimientos de las extremidades inferiores y del control de los esfínteres".

La causa de que la estenosis del canal lumbar se haya convertido en la patología de la columna vertebral más frecuente en este grupo de población, reside en que la edad más avanzada de la vida reúne características especiales como la morbilidad o la polimedicación, factores que se han de tener en cuenta a la hora de elegir el tratamiento más adecuado, señala Villarejo.

Menos calidad de vida

Todas las dolencias asociadas a la columna vertebral conllevan una reducción de la calidad de vida de las personas que las sufren, sobre todo si son de edad avanzada, pues los discos van perdiendo poco a poco su estructura y funciones normales. El dolor, adormecimiento y a la pérdida de fuerza y del control de los esfínteres impiden realizar determinados esfuerzos físicos e incluso caminar con normalidad, lo que afecta directamente a las actividades de la vida diaria.

El doctor Álvaro Gómez de la Riva, de la Unidad de Neurocirugía de la citada clínica madrileña, explica por su parte cómo los ancianos son reticentes a acudir al especialista ante un dolor lumbar o de la columna vertebral en general, porque lo atribuyen a una consecuencia propia de la edad. Este hecho, indica el especialista, conlleva que cuando acuden a su médico la enfermedad se encuentra en un estado muy avanzado y por tanto más grave; en muchos casos la degeneración es de tal magnitud que hace inútil la rehabilitación y, consecuentemente, es necesario recurrir a la intervención quirúrgica como única solución. Queda el consuelo de que, con las nuevas técnicas quirúrgicas, el postoperatorio suele ser breve, dos o tres días, y los resultados suelen ser mayoritariamente satisfactorios, aunque para reanudar las actividades laborales hay que esperar entre tres y cuatro semanas.

Cirugía

Obviamente no todos los pacientes con estenosis del canal lumbar requieren intervención quirúrgica, ya que muchos de ellos mejoran sus síntomas –dolor lumbar, hormigueo en las piernas y pérdida de fuerza al caminar- con rehabilitación, tratamiento farmacológico y educación postural. Pero cuando el quirófano es inevitable si se quiere evitar males mayores, la cirugía percutánea se erige inicialmente como la primera solución, con mínimas incisiones, que a lo sumo requieren dos o tres puntos de sutura y resultan poco agresivas.

Las técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, como la laminectomía (extirpación de la parte posterior de la vértebra) o la flavectomía (extirpación del nervio amarillo, que ayuda a mantener la posición erguida) se han convertido en las mejores alternativas en aquellos casos de estenosis lumbar del canal que requieren cirugía debido a su gravedad, puesto que son técnicas muy poco agresivas y la recuperación del paciente es normalmente muy rápida.

Hernias discales

Además de la estenosis del canal lumbar o "síndrome del escaparate" que, como hemos visto, es la patología más frecuente asociada a la columna vertebral en la tercera edad, las hernias discales son también otra de las consecuencias del proceso degenerativo de esta parte del cuerpo.

El doctor Fernando Carceller, de la Unidad de Neurocirugía de la Clínica La Luz, refiere que si bien las hernias discales son más frecuentes entre personas de 30 a 50 años, también se dan en los más mayores y son fuente de dolor crónico de espalda. "Hace unos años eran pocos los casos en la tercera edad en que se interviniera una hernia discal, pero ha habido un cambio de tendencia y cada vez se ve con más asiduidad en las consultas. Sólo entre el 2 y el 3 por ciento de estas hernias visibles por resonancia magnética deberían ser intervenidas por cirugía tras un proceso de tratamiento farmacológico y de rehabilitación. Aunque las técnicas utilizadas para su cirugía en los más mayores no difieren de las que se usan en personas más jóvenes, sí es cierto que intentamos ser más conservadores y nos decantamos en muchas ocasiones por las descompresiones con microcirugía".