Cómo combatir la acidez

Uno de cada diez adultos tiene acidez al menos una vez a la semana

La acidez gástrica es una sensación de ardor justo debajo o detrás del esternón. Comienza en la boca del estómago y puede irradiarse hacia el cuello o la garganta.

Es normal experimentarla alguna vez. De hecho, se intensifica tras las comidas, especialmente si éstas son copiosas y abundantes en grasa o bien si se acompañan de alcohol, café, bebidas gaseosas, zumos de frutas o tabaco.

El ardor o acidez de estómago se caracteriza por una sensación de quemazón que comienza en la boca del estómago y se desplaza hasta llegar a la garganta. Se suele presentar una hora después de ingerir los alimentos y puede durar varias horas. Afecta, de forma puntual, a una de cada diez personas.

¿Por qué se produce?

En ocasiones el ácido del estómago puede salir y subir hacia el esófago (reflujo), produciendo los síntomas de ardor o sensación quemante propios de la acidez. El motivo es que el esfínter entre el esófago y el estómago, que sólo se abre para permitir el paso de alimentos, no cierra correctamente.

Las causas pueden ser variadas: comidas muy abundantes y realizadas con prisas, algunos alimentos, el embarazo o el sobrepeso, ciertos fármacos, abusar del alcohol, así como trastornos como la hernia de hiato o la Enfermedad por Reflujo Gastro-Esofágico (ERGE).

¿Cómo se trata?

El tratamiento varía según se trate de una acidez puntual o continuada. Así, la acidez que se produce sólo en momentos puntuales y está claramente relacionada con una comida abundante, la actividad después de comer o una postura determinada no debe preocupar, aunque es recomendable consultar con el médico o farmacéutico. Sin embargo, en el caso de que se produzca de forma frecuente es conveniente consultar al especialista para que indique el tratamiento más adecuado.

El tipo de tratamiento dependerá de la frecuencia e intensidad de las molestias. Si la acidez se produce de forma esporádica será suficiente con la toma de antiácidos cuando aparezca el ardor. Si los síntomas son más frecuentes será conveniente consultar al médico.