Claves de la gripe

Debido a la época del año en la que estamos, la gripe se está haciendo un hueco en nuestras conversaciones. Y es que, el virus que causa esta enfermedad infecciosa aguda de las vías respiratorias empieza a hacer acto de presencia normalmente entre los meses de octubre y noviembre.

Los datos muestran la relevancia de la gripe: entre el 5 y el 15% de la población general la padece en las epidemias anuales que protagoniza, especialmente en invierno, un porcentaje que supera el 50% en grupos cerrados, como asilos.

Cómo se transmite

El virus de la gripe se transmite sobre todo a través de las gotitas de saliva que salen de la boca de la persona enferma al hablar, toser o estornudar y que 'aterrizan' en una persona sin gripe pero capaz de padecerla. También es posible, aunque menos frecuente, contagiarse tocando superficies en las que hayan caído esas gotas de saliva o las manos de una persona enferma y llevándose después las manos a la nariz o la boca.

Síntomas y prevención

Los síntomas suele comenzar de forma brusca con fiebre y escalofríos, acompañados de dolor de cabeza, molestias de garganta, malestar general, dolores musculares, pérdida de apetito y tos seca.

La principal medida de prevención frente a la gripe es la vacunación; la segunda, lavarse las manos con frecuencia.

Una vida sana no evita la gripe, pero si puede disminuir sus complicaciones, por lo que manténgala a raya llevando un estilo de vida sano, comiendo una dieta variada, bebiendo mucho líquido y durmiendo las horas necesarias.

Y hay que tener en cuenta además que la gripe complica otras enfermedades, sobre todo respiratorias: neumonías, bronquitis, sinusitis u otitis.

Grupos de riesgo

Los grupos de población con mayor riesgo de padecer complicaciones por culpa de la gripe y en los que, por tanto, se recomienda la vacunación antigripal son:

  • Personas mayores de 65años.
  • Mujeres embarazadas.
  • Niños menores de dos años y mayores de seis meses.
  • Personas con determinados problemas como enfermedades crónicas cardíacas, hepáticas, renales, pulmonares, sanguíneas o metabólicas e inmunodepresión.
  • Personas que conviven o cuidan a pacientes de riesgo.
  • Colectivos profesionales con un mayor riesgo de exposición y que realizan servicios esenciales para la comunidad.

Es necesario remarcar que la gripe comienza alcanzando a los niños y que se extiende con mayor rapidez a los grupos de riesgo. Además, puede revestir más gravedad en personas mayores, sobre todo a partir de los 65 años, y en quienes padecen enfermedades crónicas, como la EPOC.

Por otro lado, no todas las personas pueden vacunarse. Deben abstenerse las que tengan alergia al huevo, hipersensibilidad a las proteínas de huevo o que hayan tenido una reacción alérgica severa a una vacunación anterior de la gripe. Tampoco han de ponerse la vacuna los niños menores de seis meses y, quienes padezcan alguna enfermedad aguda con fiebre alta, deberán esperar hasta que la situación remita para hacerlo.

Fuente: Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica