La artrosis, una enfermedad sobrediagnosticada e infratratada

Sólo la mitad de las personas con artrosis cumple correctamente el tratamiento

Las artrosis están sobrediagnosticadas e infratratadas, ya que se estima que sólo el 40-50 por ciento de los pacientes cumple correctamente el tratamiento.

Además, "se trata de una de las enfermedades más prevalentes, que afecta en torno a 5 millones de españoles (aproximadamente el 10 por ciento de la población) y que más recursos sanitarios consume", según afirmó el doctor Pere Benito, jefe de Servicio de Reumatología del Hospital del Mar de Barcelona, en el marco del II Simposio de Artrosis de la Sociedad Española de Reumatología, celebrado recientemente en la ciudad condal.

A juicio del experto, "la artrosis, como la mayoría de enfermedades crónicas, no tiene un tratamiento definitivo, aunque sí lo hay para disminuir los síntomas y mantener o mejorar la capacidad funcional. Para ello es necesario que los médicos otorguen a esta enfermedad la importancia que tiene y, por otro lado, que los afectados colaboren en su tratamiento, lo que lamentablemente no suele ser habitual".

Por su parte, el doctor Jordi Monfort, especialista de la Unidad de Artrosis del Servicio de Reumatología del Hospital del Mar, asegura que "diferentes estudios señalan que para determinados fármacos hasta un 25 por ciento de los pacientes abandona de forma rápida la medicación y el resto de afectados la toman de forma intermitente e inadecuada".

En este sentido, no hay que olvidar que esta patología es más prevalente en pacientes con edad avanzada, con importante comorbilidad y frecuentemente polimedicados, lo que condiciona el cumplimiento terapéutico.

La  presencia de síntomas relacionados con la artrosis es rara antes de los 45 años, pero es difícil establecer una edad de inicio, en parte porque los cambios radiológicos son previos a la aparición de los síntomas.

"Los clínicos están de acuerdo en que el diagnóstico de la enfermedad se realiza de forma tardía, un hecho importante porque probablemente se trate de un momento de la enfermedad demasiado avanzado para esperar grandes cambios tras el uso de fármacos modificadores de la enfermedad", indica el experto.

Gran impacto en la población

Por otra parte, la doctora Marta Larrosa, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y jefa de Servicio de Reumatología de la Corporació Sanitaria Parc Taulí de Sabadell (Barcelona), destaca que "la artrosis es la enfermedad articular más frecuente y que causa más discapacidad entre la población de más de 65 años en España. En este sentido, el incremento de la expectativa de vida hará que en el año 2020 la artrosis sea la cuarta causa de discapacidad en el mundo".

Según el estudio EPISER, alrededor de la mitad de la población adulta de más de 50 años muestra signos radiológicos de artrosis de rodilla aunque es más frecuente en mujeres sobre todo a partir de 55 años. "Al fijarse en los grupos de edad avanzada es cuando se observa que las cifras se vuelven realmente espectaculares. Así, en la franja de edad entre los 70 y los 79 años la prevalencia de la artrosis de rodilla es del 33,7 por ciento", detalla el doctor Monfort.

"El progresivo envejecimiento de la población hace predecir que en los siguientes años esta franja de edad va a aumentar y con ella se producirá un remarcable incremento de la prevalencia de la artrosis", según el especialista, quien ha insistido en que "en este contexto es más necesario la mejora del conocimiento científico y, por otra parte, el compromiso del paciente con la enfermedad".

La prevención secundaria es clave

El dolor, la rigidez, la deformidad y la pérdida de función son las consecuencias clínicas de la artrosis sintomática. "No tratar esta enfermedad significa en la actualidad que un número elevado de pacientes presentará un progresivo empeoramiento de su sintomatología que se encuentra especialmente relacionada con el dolor y con la función de una determinada articulación. Además, supone aceptar que en un buen número de pacientes la artrosis evolucionará de forma más rápida, lo que podría traducirse en un notable empeoramiento de su calidad de vida", según la doctora Larrosa.

Se puede influir en la prevención secundaria haciendo que la enfermedad evolucione de una forma más lenta una vez se ha iniciado. Pero "siguen siendo importantes los factores de riesgo modificables como el control del peso, la práctica de ejercicio regular adaptado a cada afectado y a cada una de las articulaciones, y la información al paciente que permite que éste se corresponsabilice de su enfermedad".