El ‘abc’ del ébola

El contagio se produce por contacto con sangre, fluidos y excretas de personas infectadas

El ébola fue descrito por primera vez en 1976. Su infección puede provocar una reacción hemorrágica generalizada en el organismo que acaba afectando a todos los órganos, como los pulmones, los riñones o el hígado.

Se trata de un virus de origen animal y el daño que provoca en el organismo se desencadena directamente por el virus y también por la propia inflamación que provoca el organismo al intentar defenderse.

La tasa de mortalidad del ébola es muy elevada (del 50-90%) pero hay que tener en cuenta que las probabilidades de supervivencia aumentan con los cuidados médicos adecuados.

De hecho, "la calidad de los cuidados que recibe el paciente puede marcar el desenlace final de la enfermedad", comenta el Dr. José Antonio Pérez Molina, vocal de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

Además, frente al virus del ébola, es importante realizar un diagnóstico precoz. Con él, las probabilidades de supervivencia aumentan.

¿Cómo se contagia?

El virus del ébola se transmite por contacto con sangre, fluidos y excretas (materiales de desecho, como orina, heces o sudor) de personas infectadas pero no se ha demostrado contagio por vía aérea.

Esto significa que, aunque se deben extremar las precauciones en el entorno de una persona infectada por ébola, el resto de la población no tendría que llevar a cabo medidas especiales para evitar el contagio.

Además, la persona no es contagiosa hasta el inicio de los síntomas, lo que facilita las medidas de protección.

Por otro lado, la presencia de un cadáver de una persona fallecida por ébola requiere de medidas especiales, pues debe incinerarse tanto el cadáver como su ropa, pero no entraña riesgos para la población general. Y las cenizas ya no representan peligro alguno y no requieren medidas de seguridad específicas.

Alerta mundial

En relación a la alerta mundial decretada por la Organización Mundial de la Salud, la SEIMC puntualiza que el ébola es un problema que atañe a todos y es necesario ayudar a los países que han tenido este brote porque por sí mismos no están siendo capaces de manejarlo debido a la precariedad de sus sistemas sanitarios.

Los cuidados que se pueden ofrecer en estas unidades no siguen los mismos protocolos que en Europa, de ahí que "un paciente tratado en Europa o en un país avanzado tendrá más posibilidades de sobrevivir", afirma el Dr. Pérez Molina.

Igualmente, es importante que las autoridades sanitarias estén alerta sobre la posibilidad de aparición de casos en su territorio y establezcan las medidas necesarias en marcha.

Fuente: Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica