La llamada de la nieve

Si quiere practicar esquí o snowboard póngase en manos de un monitor especializado para adquirir una preparación técnica y conocimientos previos básicos

Dicen que sobre gustos no hay nada escrito, y quizá por ello mientras para unos la llegada del frío invernal conlleva un decaimiento anímico, en otros ese ánimo se eleva a la estratósfera, pues significa la llegada de las primeras nevadas y con ello el inicio de la temporada de los deportes de invierno. Estos últimos en nuestro país, y más en concreto el esquí y el snowboard, han pasado en pocos años de ser deportes elitistas a serlo de masas.

Para quienes se sienten atraídos y quieren experimentar por primera vez en alguna de estas modalidades deportivas, vamos a centrarnos aquí en el esquí y el snowboard, los más requeridos y en pleno auge entre los españoles. Recordaremos los consejos de los expertos, no en vano la primera recomendación es dejarse aconsejar por los que saben.

Ponerse en manos de un monitor especializado para adquirir una preparación técnica y conocimientos previos básicos es una buena decisión inicial. Porque la primera medida no puede ser otra que la prevención, llegar a la estación de esquí previamente informado, con unas ideas básicas sobre qué se va a encontrar allí, cómo y en qué condiciones físicas se debe encontrar; qué elementos, indumentaria y material deportivo debe incorporar al equipo de esquiador, etc. No hay que olvidar que si bien el esquí y el snowboard pueden resultar muy divertidos, además de estar considerados como una de las actividades más recomendables para mejorar la psicomotricidad, también se trata de deportes físicamente exigentes que conllevan riesgo.

Preparación física

La Sociedad Española de Traumatología del Deporte (SETRADE), pone de relieve la conveniencia de mantener, previamente, una actividad deportiva de manera regular a lo largo del año, con una preparación específica durante las dos o tres semanas anteriores al comienzo de la temporada de esquí. Algunos expertos aumentan este plazo de cuatro a seis semanas, en función del nivel de esfuerzo que se prevea realizar durante la misma. "Especial cuidado hay que prodigar al tono de la musculatura lumbar, abdominal, de la cintura pelviana y de los miembros inferiores", recalca SETRADE.

Los principiantes no deben caer en el error de comprar un material de altas prestaciones, pues además de su elevado coste, no va a influir en la mayor o menor rapidez de su aprendizaje que si emplea un equipo de menor calidad, pero más adecuado para los comienzos. La indumentaria debe facilitar los movimientos, ser transpirable conservando la temperatura corporal, con buena  impermeabilidad para mantener el cuerpo seco.

Tan malo puede ser estar excesivamente abrigado como no ir suficientemente protegido contra el frío exterior. A este respecto, el pantalón es más importante que el anorak en cuestiones de impermeabilidad, y debe cubrir la parte superior de la bota para evitar que la nieve penetre.

Botas, gafas y guantes complementan la indumentaria. Las botas, además de cómodas, deben estar adaptadas lo más anatómicamente posible al pie, para evitar demasiada holgura. Según el doctor Javier Vaquero Martín, traumatólogo y responsable de Comunicación de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT), se ha comprobado que una bota mal sujeta o mal abrochada es responsable de la mayoría de las fracturas de tibia, y no tener unas ataduras correctas, que salten en el momento del accidente, constituye la mayor causa de lesiones ligamentosas de rodilla.

En relación con los calcetines, es mejor que sean finos en vez de gruesos, y más altos que la bota, pues ésta protege por sí sola del frío. Las gafas han de ser acordes con las condiciones climatológicas y ofrecer una buena protección contra los rayos ultravioleta aún en los días nublados. No vale cualquier tipo de gafas de sol. El color de los cristales es un factor secundario, aunque es más recomendable uno oscuro si hace sol y uno amarillo o naranja si hay niebla. Es imprescindible, asimismo, disponer de un buen par de guantes que cierren fácil y bien en las muñecas, e impidan que los dedos se mojen o se enfríen. Para la práctica del snowboard es recomendable el uso de muñequeras sólidas para evitar fracturas de muñecas.

En cuanto a los esquís o la tabla de snowboard, es importante atender especialmente las fijaciones.

Atención a las pistas

Hay que tener cuidado para no perder las gafas o los guantes, o ambos a la vez, pues su no disponibilidad puede conllevar lesiones por congelación en la punta de los dedos o quemaduras oculares de gravedad. Las orejas deben ir protegidas con una buena gorra que no se desprenda durante las maniobras deportivas. Tanto si está nublado como si luce un sol espléndido, es necesario aplicarse, aunque no lo parezca, crema solar y usar lápiz labial de protección.

En cuanto a los esquís o la tabla de snowboard, es importante atender especialmente las fijaciones, sobre todo en los esquís, cuya resistencia debe ser ajustada a la torsión, de acuerdo con el nivel del esquiador y las condiciones de la nieve. La longitud de los bastones y las tablas deberán ser adecuadas a nuestra estatura y nivel de práctica.

Una vez en las pistas, no olvide que éstas se dividen por nivel de dificultad, que van desde el negro, la de mayor dificultad, siguen el rojo, el azul y finalmente el verde, para principiantes. Hay, pues, que observar dónde puede uno deslizarse con cierta tranquilidad, procurando que sean zonas debidamente señalizadas y de amplia visibilidad.

No es prudente detenerse en el centro de las pistas o en zonas en que no seamos visibles, ni reiniciar la marcha sin antes asegurarnos de que no viene nadie. El esquiador que va delante siempre tiene preferencia y será conveniente no pasar muy cerca de él al adelantarlo.

Si se cae, procure levantarse lo más rápidamente posible y buscar una zona segura para ver si es posible continuar o es necesario pedir ayuda. Un riesgo habitual son los bruscos cambios climatológicos. Si se ve sorprendido por ellos, y tiene escasa visibilidad, corre el riesgo de colisionar con otros esquiadores u objetos; incluso puede despistarse y despeñarse o perderse fuera de la estación con pocas posibilidades de retorno. Hay que tener en cuenta esta situación, por lo que conviene no andar solo y llevar el móvil a mano.

Alimentación e hidratación

También es importante cuidar la alimentación. El doctor José Ignacio Orive, médico de Sanitas, recomienda a los amantes de los deportes de nieve tomar alimentos energéticos, sobre todo hidratos de carbono -pan, cereales, pasta, arroz y patatas-, porque proporcionan energía inmediata dada su rápida absorción. Por otra parte, conviene no olvidar que comer en exceso antes del ejercicio no es recomendable, por ello hay que dejar pasar al menos una hora entre la comida y la vuelta a las pistas. Por el contrario, puede sentir desfallecimiento, especialmente a una altitud importante, si retrasa las comidas o éstas son demasiado frugales. Para evitar mareos, conviene en los descansos tomar frutos secos, caramelos o chocolatinas.

Los esquiadores novatos se sorprenden al verse empapados en sudor a pesar del frío reinante. Hay que cambiarse las prendas mojadas lo más rápidamente posible, para evitar enfriamientos, por lo que hay que llevar ropa de repuesto. Por el ejercicio físico intenso puede, además, surgir deshidratación, detectable por sequedad en labios y boca, aparición precoz del cansancio, dolor de cabeza, malestar general, calambres musculares, aumento del ritmo cardiaco, etc. Para evitar la deshidratación, lo mejor es beber mucha agua o tomar bebidas sin alcohol, café descafeinado o zumos de frutas.