¿Qué hacer ante un esguince?

Los tobillos son las articulaciones más proclives a esta lesión, sobre todo durante la realización de actividades laborales o deportivas

Las articulaciones están formadas por las extremidades de los huesos y se encuentran recubiertas de cartílago, a la vez que están movidas por músculos y reforzadas por ligamentos que son fibras fuertes y flexibles con capacidad para mantener unidos los huesos.

Si por cualquier circunstancia dichos ligamentos se estiran demasiado o se rompen, se produce el conocido esguince, mientras que si la lesión es lo suficientemente importante como para que ese ligamento no pueda sujetar los huesos para mantener su posición y éstos se separan, lo que ocurre es una luxación. En otras palabras, la diferencia entre un esguince y una luxación es que en el primero la posición del hueso no varía, mientras que en la luxación los huesos se separan, lo que es posible comprobar perfectamente en una radiografía.

Dado que los ligamentos están inervados por fibras nerviosas, cualquier distensión o desgarro que éstos sufran produce dolor a la palpación allí donde se haya producido el esguince o al mover la articulación; se observa, además, incapacidad para realizar ciertos movimientos, calor y enrojecimiento en el área lesionada.

Según la gravedad de la lesión, puede haber una rotura parcial del ligamento o una rotura completa. La rotura pequeña o parcial es la más frecuente. Es frecuente que el esguince sobrevenga por haber forzado al máximo el movimiento de la articulación, o porque dicho movimiento haya conllevado una posición antinatural de la misma, de ahí que entre las causas que lo producen estén los movimientos bruscos y excesivos, como caídas, torceduras o golpes que pueden desplazar la articulación de su posición normal, distendiendo o rompiendo los ligamentos que mantienen esa articulación.

Suele ser habitual que el esguince se produzca durante la práctica de determinados deportes, lo que explicaría el porqué la mayor incidencia de este tipo de lesiones se observa en personas jóvenes.

Tipos

Entre los factores que favorecen la aparición de esguinces se citan, paradójicamente, tanto la excesiva como la escasa o nula actividad física, sobre todo si esta última no se realiza en las condiciones adecuadas de prevención y preparación; además de ello están el bajo tono muscular, las alteraciones anatómicas y el tipo de calzado. En este sentido, los tacones altos son campo abonado para los esguinces, especialmente de tobillo.

En razón de su gravedad, los esguinces se clasifican en tres grados. En el grado I se incluyen las distensiones leves, causantes de microtraumatismos en el ligamento, pero donde la estabilidad articular no ve especialmente alterada, lo cual permite que el paciente pueda reanudar sus actividades con normalidad al cabo de dos o tres semanas.

En el grado II el estiramiento de las fibras es mayor y por tanto supone una rotura parcial del ligamento; se observa hinchazón y equimosis (la piel adquiere el característico color morado) pero persiste cierto estabilidad articular, ya que algunas fibras no se han lesionado. Generalmente en este caso se precisa de un periodo de reposo de entre tres y seis semanas antes de volver a la actividad normal.

Finalmente, en el grado III, la rotura del ligamento es total, con lo cual la inestabilidad articular también es total. En los casos más graves, puede afectar a otras estructuras aledañas, como los tendones, huesos, nervios o vasos. Requiere al menos ocho semanas de reposo hasta que los ligamentos cicatricen y a veces es necesaria una intervención quirúrgica.

Por lo general, son los tobillos los más proclives a los esguinces, sobre todo en actividades laborales diarias o deportivas. Al ser articulaciones tipo bisagra, la carga que reciben es enorme. Les siguen las articulaciones de los dedos de las manos (los esguinces del pulgar son comunes en actividades deportivas como el esquí y en las artes marciales, donde además también son frecuentes los esguinces de los pulgares de los pies, mientras que en muñecas, rodillas y tobillos los esguinces son consecuencia de las torsiones), la columna cervical y la articulación de la rodilla.

Prevención

Si los músculos que fijan las articulaciones son potentes, los ligamentos estarán mejor protegidos y consecuentemente más preparados para resistir los movimientos propios de determinadas actividades cotidianas. Según la  Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT), el ejercicio habitual mantiene en buen estado las articulaciones, lo que permite un buen tono de los músculos que las mueven y una adecuada nutrición del cartílago que las forma. Por el contrario, el sedentarismo y la sobrecarga producida por el exceso de peso corporal conducen a un proceso gradual de deterioro, acentuando y adelantando el curso normal de envejecimiento de la propia articulación.

Tratamiento

Lo primero que debemos hacer ante un esguince es aplicar frío, elevación del miembro afectado, reposo y un vendaje de la articulación. Si la sintomatología persiste y no cede con estas pautas, hay que acudir al especialista.

El reposo es una parte esencial del proceso de recuperación, pero no impide la realización simultánea de determinados ejercicios como la natación o la bicicleta estática. En caso de lesiones de tobillo es posible que el médico recomiende utilizar bastones o muletas para descargar al tobillo o rodillas lesionados. En algunas ocasiones también es necesario escayolar.

El frío ha de aplicarse -mediante una bolsa de hielo envuelta en una toalla o con una capa de vendaje elástico empapada en agua fría- sobre la zona inflamada durante periodos de treinta minutos, aproximadamente, manteniendo elevada la zona lesionada por encima del nivel del corazón, incluso durante la noche, mientras se duerme.

Además, se coloca un vendaje que debe comprimir de manera firme, uniforme y sin apretar demasiado, la zona lesionada para proteger el ligamento lesionado y reducir la hinchazón. Para aliviar el dolor normalmente se indica ibuprofeno o ácido acetil salicílico y, después de tratar el dolor y la hinchazón, los médicos generalmente recomiendan fisioterapia o ejercitar el área lesionada para prevenir la rigidez y aumentar la fuerza muscular.

Es importante consultar siempre al médico en caso de esguince, incluso aunque la articulación dañada no duela y se pueda mover ligeramente, ya que un esguince no tratado adecuadamente puede hacer perder movilidad en la articulación.