Ejercicio físico: todo son ventajas

La actividad física es esencial para el mantenimiento y mejora de la salud.

Pese a las numerosas evidencias científicas sobre los beneficiosos derivados de la actividad física, la tendencia observada en los últimos años es el incremento del sedentarismo, a la par que descienden las calorías ingeridas y el nivel de actividad física realizado por la población, según ha destacado el doctor Rafael Urrialde de Andrés, responsable del área de Salud y Nutrición de Coca-Cola Iberia.

Además de ser esencial para el mantenimiento y mejora de la salud, la actividad física contribuye a la prolongación de la vida y a mejorar su calidad, a través de beneficios psicológicos, fisiológicos y sociales.

En concreto, las personas que realizan ejercicio físico se perciben más saludables, con menos estrés y presentan mejor estado anímico que aquellas que no realizan ningún tipo de ejercicio físico. La práctica regular de cierta actividad física mejora los niveles de ansiedad y depresión e incide beneficiosamente sobre otras emociones, contribuyendo todo esto al bienestar psicológico de las personas.

Diversos estudios sugieren que existe una relación causal entre actividad física y reducción de síntomas depresivos como consecuencia del aumento de la liberación de endorfinas. Igualmente se ha observado que la actividad física ayuda a conciliar y a mejorar la calidad del sueño.

En el plano fisiológico, realizar actividad física mejora entre otras cosas la digestión y la regularidad del ritmo intestinal; previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial y disminuye sus valores; mejora el perfil lipídico en sangre (reduce triglicéridos y aumenta el colesterol HDL); ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones; incrementa la utilización de la grasa corporal y mejora el control de peso; mejora la regulación de la glucemia y disminuye el riesgo de diabetes no-insulino dependiente. Desde el punto de vista social, realizar actividad física diaria contribuye a aumentar la autonomía y la integración social entre otros aspectos.

Incremento del sedentarismo

Pese a todo ello, la inactividad física es actualmente una de las principales causas de enfermedades crónicas como el sobrepeso y la obesidad, y el cuarto factor de riesgo más importante de mortalidad.

El doctor Urrialde resaltó que "el incremento sustancial del sedentarismo y la inactividad física está motivado por los cambios en los hábitos de vida de la población, tanto en los patrones alimentarios como de actividad física, y el descenso en el gasto energético en la vida cotidiana. Vivimos en un entorno que hace que los avances -tan positivos en muchos sentidos-, contribuyan a que todo resulte más fácil y que moverse sea cada vez menos necesario, y además las actividades de ocio son cada vez más sedentarias".

Actualmente, "cuatro de cada diez personas (41,3%) se declara sedentaria (no realiza actividad física alguna en su tiempo libre), uno de cada tres hombres (35,9%) y casi una de cada dos mujeres (46,6%)", según el primer Documento de Consenso sobre Obesidad y Sedentarismo a nivel mundial, publicado recientemente, y de acuerdo con los datos de la última Encuesta Nacional de Salud.

Otro dato importante que destacó durante su intervención fue que según un estudio científico "tanto para hombres como para mujeres existe una mayor prevalencia de sobrepeso u obesidad en aquellos que pasan sentados más de 4 horas al día y caminan menos de 1 hora, en comparación con aquellos que pasan sentados menos de 4 horas al día y caminan más de 1 hora. En conclusión, el tiempo que pasamos sentados incrementa el riesgo de sobrepeso u obesidad, independientemente del tiempo que caminemos".

"Actualmente la comunidad científica coincide en señalar que una de las herramientas de salud pública con mayor potencial para poner freno a la epidemia de la obesidad es la prevención mediante la práctica habitual de actividad física, que a su vez, es fundamental para conseguir el equilibrio energético entre las calorías que ingerimos y las que gastamos", afirmó.

En su opinión, "fomentar un estilo de vida activo y saludable basado en una dieta variada, moderada y equilibrada, incluyendo unos niveles adecuados de hidratación y la práctica regular de actividad física resultan fundamentales para promover el bienestar de la población y evitar de esta forma el sobrepeso y la obesidad".

Niños y adolescentes

En la última Encuesta de Salud de España publicada recientemente por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, la cifra de niños entre 5 y 14 años que no realizan ninguna actividad física es del 12% (8% en varones y 16% en mujeres). Y entre los 15 y los 24 años, un 45% de los encuestados confiesa no realizar nada de actividad o una actividad muy ligera.

La adolescencia es un periodo vital de riesgo en el que se consolida la inactividad. Y no debemos olvidar que nuestra 'salud metabólica y mental' depende en parte de permane­cer activos físicamente. Funcionamos mejor globalmente cuando estamos activos.

Como han confirmado diversos estudios con un alto grado de evidencia científica, la práctica regular de ejercicio físico en niños y adolescentes contribuye en la prevención y el tratamiento de diferentes enfermedades y alteraciones muy prevalentes que originan gran morbilidad y mortalidad. Previene la aparición de obesidad, de enfermedades cardiovasculares, alteraciones psicológicas, desmineralización ósea y algunos cánceres.